31 Jul
31Jul

¿Quién y cuándo criticó la cronología scaligeriana?

Las dudas surgieron hace tiempo.

De hecho, tienen una gran tradición.


El enciclopedista ruso Nikolái Aleksándrovich Morózov escribió que el profesor De Arcilla, de la Universidad de Salamanca, ya en el siglo XVI publicó dos obras en las que demostraba que toda la historia antigua había sido creada en la Edad Media. Estas dos obras se titulaban "Programma Historiae Universalis" y "Divinae Florae Historicae".

A las mismas conclusiones llegó también Jean Hardouin, arqueólogo e historiador jesuita de los siglos XVII-XVIII, que consideraba que la literatura clásica había sido producida en los monasterios en el siglo XVI.

El privatdozent Robert Baldauf escribió en los años 1902-1903 su libro "Historia y crítica", en el que demostraba, en base a consideraciones puramente filológicas, que no sólo la historia antigua, sino también la medieval eran falsificaciones hechas durante el Renacimiento y siglos posteriores.

El famoso matemático, mecánico, astrónomo y físico inglés Isaac Newton, creador de la mecánica clásica, miembro y presidente de la Royal Society de Londres, ocupa un lugar especial entre los críticos de la versión de Scaliger-Petavius.

Es el autor de muchos trabajos profundos sobre cronología, en los que concluye que la versión de Scaliger y Petavius es errónea en algunas de sus secciones importantes. Estas investigaciones suyas son poco conocidas para el lector contemporáneo, aunque antaño fueron objeto de acaloradas discusiones. Sus trabajos cronológicos principales son los siguientes: "Breve crónica de los acontecimientos históricos, desde los primeros recordados en Europa hasta la conquista de Persia por Alejandro Magno" y "La cronología  corregida de los reinos antiguos". Apoyándose en ideas de ciencias naturales, Newton modificó muchísimo la cronología de la Antigüedad. Algunos acontecimientos – no muchos – los hizo más antiguos, como, por ejemplo, la expedición de los argonautas.

En su conjunto, la nueva cronología de Newton era significativamente más corta que la scaligeriana, es decir, que la aceptada hoy en día. La mayoría de los acontecimientos datados hoy antes de la época de Alejandro Magno los hizo más modernos, más cercanos a nuestro tiempo. Pero en sus investigaciones cronológicas Newton no avanzó más allá del límite de nuestra era.

Esto es lo que dicen algunos historiadores acerca de esos trabajos de Newton:

"Se trata del fruto de un trabajo de cuarenta años, intensas búsquedas, enorme erudición. En esencia Isaac Newton revisó toda la literatura principal sobre la historia antigua y todas las fuentes principales, comenzando por la mitología antigua y oriental".


Comparando las conclusiones de Newton con la versión cronológica scaligeriana aceptada hoy en día, los comentadores contemporáneos piensan inevitablemente que el gran científico se equivocaba.

Pero, ¿qué proponía Newton? Principalmente analizó la cronología del Antiguo Egipto y la Antigua Grecia antes de nuestra era. Seguramente no le dio tiempo a realizar un análisis de épocas más modernas. La obra de Newton fue publicada en el último año de su vida.

Por ejemplo, la versión cronológica actual ubica el inicio del gobierno del primer faraón egipcio Menes aproximadamente en el año 3000 a.C., mientras que Newton afirmaba que este acontecimiento data del 946 a.C. ¡La diferencia es de más de dos mil años!

Hoy en día el mito de Teseo es datado del siglo XV a.C., mientras que Newton afirmaba que los acontecimientos descritos tuvieron lugar en el año 936 a.C. La diferencia es de alrededor medio milenio.

Si hoy en día la famosa Guerra de Troya es datada aproximadamente del 1224 a.C., Newton afirmaba que tuvo lugar en el 904 a.C. La diferencia es de más de tres siglos. Y así un largo etcétera.

En resumidas cuentas, las conclusiones de Newton se pueden formular tal que así:

  • Parte de la historia de la Antigua Grecia se sitúa  unos 300 años más cerca en el tiempo.
  • La historia del Antiguo Egipto, que según la cronología scaligeriana abarca varios miles de años, se sitúa también más cerca en el tiempo y se comprime.

Es más, algunas fechas fundamentales Newton las acerca en el tiempo unos 1800 años. Pero Newton sometió a revisión fechas anteriores aproximadamente al año 200 a.C. Sus observaciones tenían un carácter disperso y no pudo descubrir ningún tipo de sistema en estas nuevas dataciones, que a primera vista parecen caóticas.

¿Cuál fue la respuesta a las investigaciones de Newton? A mediados del siglo XVIII hubo muchas reacciones negativas por parte de historiadores y filólogos. Es verdad que también fueron publicados algunos trabajos que apoyaban la opinión de Newton, pero era muy pocos. Luego la oleada de reacciones cesó y la obra de Newton fue prácticamente silenciada y retirada de la circulación científica.

El siguiente comentario de Cesare Lombroso es un claro ejemplo de que la labor cronológico-histórica de Newton estaba muy mal vista:

"Newton, que había conquistado con su mente a toda la humanidad, en la vejez también sufrió una auténtica enfermedad mental, aunque no tan fuerte como las pretéritas personas geniales. Fue entonces cuando escribió, segurmanete, "Cronología", "Apocalipsis" y "Carta a Bentley", escritos brumosos, confusos y nada parecidos a aquello que escribió en sus años de juventud".


La cronología scaligeriana fue seriamente criticada por el conocido erudito inglés del siglo XIX Edwin Johnson, autor de varias investigaciones muy interesantes sobre la historia antigua y medieval. Su conclusión principal en el ámbito de la cronología Johnson la formuló de esta manera:

"Estamos significativamente más cerca en el tiempo de la época de los antiguos griegos y romanos de lo que está escrito en las tablas cronológicas".


¡Él defendía que debía ser revisada TODA la cronología de la Antigüedad y el Medievo!

El erudito y jurista alemán de los siglos XIX-XX Wilhelm Kammeier desarrolló una metodología para determinar la autenticidad de los documentos oficiales antiguos. Descubrió que casi todos los documentos de la Antigüedad y la Alta Edad Media de Europa Occidental son en realidad copias o falsificaciones posteriores.

Pero ninguna de todas estas revisiones fue tan radical como la que llevó a cabo el científico y enciclopedista ruso Nikolái Aleksándrovich Morózov. Él consideraba que la versión scaligeriana de la cronología de la Antigüedad es correcta sólo a partir del siglo IV d.C. Morózov fue el primer investigador que realmente cuestionó de manera amplia y radical los fundamentos científicos de la cronología aceptada hoy en día.

Tras la Revolución de Octubre, Morózov se convirtió en el director del Instituto Lesgaft de Ciencias Naturales. Fue ahí donde realizó la mayor parte de sus conocidas investigaciones sobre cronología antigua, métodos y ciencias naturales, apoyado por un grupo de entusiastas y colaboradores del instituto.

Desde 1932 fue miembro honorífico de la Academia de Ciencias de la URSS. Hizo destacables aportaciones en los campos de la química y otras ciencias naturales. Entre otras cosas, también fue miembro permanente de la Sociedad Astronómica de Francia y de la Sociedad Astronómica Británica.

En 1907 Morózov publicó un libro titulado "Revelación en la tempestad y la tormenta", en el que analiza la datación del libro del Apocalipsis y llega a unas conclusiones que contradicen la cronología scaligeriana.

En 1914 publicó el libro "Profetas", en el que en base a métodos astronómicos de datación hace una revisión radical de la datación scaligeriana de las profecías bíblicas. En los años 1924-1932 publicó la obra fundamental en siete tomos titulada "Cristo", cuyo nombre incial fue "Historia de la cultura de la humanidad a la luz de las ciencias naturales". En esta obra Morózov expone una crítica detallada de la cronología scaligeriana.

Descubrió un hecho importante: que la concepción que yace en la base de la cronolgía scaligeriana aceptada hoy en día no tiene fundamento. Tras analizar una enorme cantidad de material propuso y en parte fundamentó la hipótesis de que la cronología scaligeriana de la Antigüedad fue artificialmente alargada en comparación con la realidad.

Esta idea se basa en las "repeticiones" que él descubrió. Es decir, textos que describen probablemente unos mismos acontecimientos, pero que posteriormente fueron datados de años diferentes y que actualmente se consideran completamente distintos.

Cuando su obra salió a la luz provocó una acalorada polémica en la prensa. Su eco pervive incluso en la literatura actual. Sí que es verdad que se hicieron ciertas objeciones muy justas, aunque nadie pudo impugnar la parte crítica de la obra "Cristo" en su conjunto. Fue tal la oposición a que esta obra se publicase, que Morózov tuvo que apelar al mismísimo Lenin.

Un hecho muy curioso es que al parecer Morózov no conocía los trabajos similares de Newton y Johnson, prácticamente ya olvidados a principios del siglo XX. Por eso es todavía más sorprendente que las conclusiones de Morózov concuerden tan bien con lo que expresaron estos dos grandes autores.

Pero Morózov ahondó mucho más en la cuestión, extendiendo el análisis crítico hasta el siglo VI d.C. Y sin embargo Morózov tampoco consiguió sacar a la luz ningún sistema en el caos de las nuevas dataciones que iban surgiendo. No obstante, fue el primer científico en comprender que no eran sólo los acontecimientos de la Antigüedad los que debían ser datados de nuevo, sino también los medievales.

Y aun así no avanzó más allá del siglo VI d.C. Él creía que a partir de los siglos VI-VIII la versión cronológica aceptada hoy en día era más o menos correcta. Más adelante veremos que esta consideración era errónea.

Cabe mencionar que a Morózov le acusaron de lo mismo que a Newton, pues también fue una persona que se atrevió hacer una revisión de la cronología. Estas acusaciones son muy extrañas en una discusión científica. Ocultan tras de sí la incapacidad de objetar nada al respecto. En resumidas cuentas y utilizando lenguaje de la calle, prácticamente todas las críticas se pueden resumir de la siguiente manera:

Tú serás muy listo en matemáticas, física, astronomía y demás, pero no te metas en la historia porque no sabes nada de nada. Y aunque supieras algo, no es de tu incumbencia, listillo.


Ese es básicamente el nivel.

Fuera como fuese, en 1932, cuando salió el último tomo de "Cristo", los enemigos de Morózov lograron finalmente detener la publicación de sus posteriores materiales sobre el tema cronológico.

Por último veo conveniente mencionar las obras de algunos estudiosos alemanes que también han intentado – sin mucho éxito, la verdad – criticar la cronología scaligeriana. Un hecho bastante curioso es que estos trabajos comenzaron a salir a la luz a partir de los noventa, más de una década después de que hubieran sido publicadas las obras del proyecto científico "Nueva Cronología".

Se trata de los libros "La gran acción. La historia inventada de Europa" de Uwe Topper y el libro "¿Vivió alguna vez Carlomagno?" de Heribert Illig. Este último libro defiende que muchos documentos que se consideran hoy en día de la época de Carlomagno son falsificaciones posteriores. En base a esto se formula la hipótesis de que de la historia de la Edad Media hay que tachar aproximadamente 300 años, que incluyen la época de Carlomagno.

Hay que decir que el acortamiento de la cronología scaligeriana propuesto por Illig tiene un carácter exclusivamente local. Es decir, Illig y sus colegas consideran que las contradicciones que descubrieron en la historia se pueden solucionar con pequeños arreglos únicamente en algunas de sus secciones. Por ejemplo, para ellos es suficiente con tachar 300 años de la historia medieval europea para que todo vuelva a su sitio.

Sin embargo el problema tiene un calado mucho mayor y precisa de un enfoque científico mucho más amplio. El edificio de la cronología e historia scaligeriana debe ser analizado, revisado y sometido a crítica desde la raíz.

En el libro de Gunnar Heinsohn y Heribert Illig titulado "¿Cuándo vivieron los faraones?" se plantea la cuestión de si es correcta la cronología scaligeriana del Antiguo Egipto. Cabe destacar que Heinsohn e Illig evitan citar las obras de Morózov, en las que el científico ruso no sólo puso en duda toda la cronología del Antiguo Egipto, sino que también señaló los numerosos empalmes de las diferentes dinastías egipcias y fundamentó la necesidad de acortar sustancialmente la historia del Antiguo Egipto. También es verdad que los libros de Morózov no fueron traducidos a otros idiomas, salvo "Revelación en la tempestad y la tormenta", que fue traducida al alemán.

Y sólo con la creación en Alemania de un Salón Histórico alternativo, que dirigió el matemático y profesor Yevgueni Yákovlevich Gabóvich, el nombre de Morózov por fin sonó en las discusiones científicas alemanas.

También tenemos otro libro de Gunnar Heinsohn, titulado "Los reyes asirios como reyes persas", en el que se enumeran (de nuevo sin citar a Morózov) ciertos paralelismos entre la historia de la antigua Asiria y la historia antigua de Persia. Sin embargo, Heinsohn no se plantea la cuestión de trasladar estos acontecimientos al Medievo.

Y finalmente está el libro de Christian Blöss y Hans-Ulrich Niemitz titulado "C14-Crash", que vendría a ser algo así como "El fiasco del C-14", en el que se exponen numerosos ejemplos que ponen en duda la posibilidad de aplicar el método de radiocarbono (en su estado actual), amén del dendroconológico, en las dataciones de piezas históricas.


Este post se ha realizado siguiendo la obra: Fomenko, A.T., Nosovski, G.V. (2013-2015) "Los números contra la mentira", Moscú, AST.


BIBLIOGRAFÍA

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  • Volfkóvich, S. "Nikolái Aleksándrovich Morózov, su vida y obras sobre química", Revista "Priroda", Nº 11, 1947.
  • "Zeitensprünge". Interdisziplinäres Bulletin. Sonderdruck. Thema "Absolutedatierung". Mantis Verlag, Deutschland, September 1996.


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