14 Aug
14Aug

La columna vertebral de la cronología scaligeriana fue construida por vía del análisis de las indicaciones cronológicas de las fuentes antiguas.

En relación a esto es interesante la cuestión de su origen y procedencia.

En la historiografía actual no existe ningún estudio en conjunto de las circunstancias de la aparición de los manuscritos antiguos.

Lo único que se subraya es que la mayor parte de esos documentos salió a flote en el Renacimiento. Esta aparición frecuentemente tenía lugar en una situación que no contribuía al análisis crítico de las dataciones de los hallazgos.

En el siglo XIX dos conocidos historiadores, Hochart y Ross, publicaron entre los años 1882-1885 y en 1887 sus investigaciones, en las que demostraban que la famosa obra "Historias" de Cornelio Tácito pertenece en realidad a la pluma del conocido humanista italiano Poggio Bracciolini.

La historia del descubrimiento de los libros de Tácito realmente plantea muchas preguntas. Fue precisamente Poggio quien descubrió y puso en circulación los escritos de Quintiliano, Valerio Flaco, Asconio Pediano, Nonio Marcelo, Probo, algunos tratados de Cicerón, Marcelino, Petronio, Plauto, Tertuliano, Lucrecio, Calpurnio Sículo, etc. No se han explicado en ningún lugar las circunstancias de estos hallazgos, ni de las dataciones de los manuscritos.

En el siglo XV llegaron a Italia famosos humanistas, como Manuel Crisoloras, Gemisto Pletón, Basilio Besarión y otros. Ellos fueron los primeros en hacer que Europa conociera los avances del "antiguo pensamiento griego". En aquel tiempo Bizancio dio a Occidente todos los antiguos manuscritos griegos que se conocen hoy en día.

Según la historia scaligeriana, toda la literatura clásica antigua salió a flote, como ya he dicho, durante el Renacimiento. Como muestra el análisis, la penumbra de su procedencia, la ausencia de datos documentales de su destino en los siglos pretéritos, llamados "oscuros", obliga a suponer la ausencia de estos textos antes del Renacimiento.

Por ejemplo, se cree que las copias más antiguas de la conocida como redacción incompleta de los textos de Cicerón son supuestamente de los siglos IX-X. Pero sin embargo se sabe que el arquetipo de la redacción incompleta "pereció hace tiempo".

En los siglos XIV-XV el interés por Cicerón aumenta y el asunto llega hasta tal punto que cerca de 1420 el profesor milanés Gasparino Barzizza decidió realizar un trabajo arriesgado: se dispuso a rellenar los problemas de la redacción incompleta con adiciones propias para que enlazase todo mejor.

Pero no tuvo tiempo de terminar su trabajo cuando ocurrió un milagro: en la ciudad italiana de Lodi fue encontrada un manuscrito perdido con el texto completo de todas las obras retóricas de Cicerón.

Barzizza y sus alumnos se abalanzan sobre el nuevo hallazgo, descifran con esfuerzo su antiguo tipo de letra y fabrican finalmente una copia fácil de leer. Se hacen copias de este documento y en su conjunto se compone la redacción completa.

Pero, mientras tanto, ocurre algo irreparable: el arquetipo de dicha redacción, el manuscrito de Lodi, acaba olvidándose, nadie quiere complicarse con su difícil texto, así que lo envían de vuelta a Lodi y allí desaparece sin dejar rastro. Desde 1428 nada se sabe de su destino y paradero. Los filólogos europeos lloran hasta el día de hoy por una pérdida tan tremenda.

En cuanto al antiguo nombre de Cicerón, resulta que se utilizaba en el siglo XV. Por ejemplo, así se llamó uno de los príncipes electores alemanas. Cito:

"Año 1486. El príncipe elector Johann Cicero escogió Berlín en calidad de residencia permanente de los príncipes electores en la tierra de Brandemburgo".


¿Mera tradición? Quizás. Pero es curioso que los pintores medievales representaran a los personajes de la "Antigüedad" vestidos con atuendos totalmente medievales.

Los historiadores llaman a este fenómeno "anacronismo medieval" y lo achacan o bien a la ignorancia de la época, o bien a cierta tradición (seguramente ligada a la "ignorancia de la época"). Pero este es un tema que trataremos más adelante. Sigamos con las fuentes antiguas.

El libro de Suetonio "Las vidas de los doce césares" también se tiene únicamente en copias muy tardías. Todas ellas se remontan a un único manuscrito antiguo que se supone que estuvo a disposición del escritor franco Eginardo presuntamente cerca del año 818.

Hoy en día se cree que Eginardo, creando su obra titulada "Vida de Carlomagno",  reproducía con diligencia los esquemas biográficas de Suetonio. La copia más antigua del libro de Suetonio se considera que es un texto del siglo IX, sin embargo ésta salió a la luz tan sólo en el siglo XVI.


Los fragmentos de la obra de Suetonio "Sobre los hombres ilustres" también apareció muy tarde. Concretamente el fragmento más antiguo es datado supuestamente del siglo IX. Pero es que resulta que este manuscrito lo encontró en Alemania, en 1425, Poggio Bracciolini – que ya nos suena un poco, ¿no?

Todas estas "pérdidas" y "copias de originales perdidos" son tan sólo unos banales intentos de explicar la tardía aparición de muchas de las obras que hoy en día se consideran antiguas y clásicas. La datación de estas "antiguas" fuentes fue realizada en los siglos XVI-XVII en base a consideraciones que hoy en día desconocemos.

Tan sólo en 1497 fue descubierta la obra "De Architectura" de Vitruvio. Como afirma el enciclopedista y científico ruso Nikolái Aleksándrovich Morózov, en el apartado astronómico del libro de Vitruvio se señalan con increíble precisión los períodos de las órbitas heliocéntricas de  los planetas.

¡El arquitecto Vitruvio, que vivió supuestamente en el siglo I a.C., conocía mejor esas cifras que el mismísimo Copérnico! ¿Pensáis que bromeo? ¡Pues no! Por ejemplo, en el periodo orbital de Marte comete un error de tan sólo 0,006, mientras que en el de Júpiter, de 0,003. ¡Errores con respecto a los cálculos actuales de dichos periodos!

¡Ah! Es verdad. ¡Eran romanos! Esos te hacían cualquier cosa. Además así, a ojo, sin herramientas, ni instrumentos, ni nada... Bueno, sigamos.

Cabe señalar los interesantes paralelos entre las obras del "antiguo" Vitruvio y las del famoso humanista italiano del siglo XV Alberti. Leon Battista Alberti es conocido por ser un grandísimo arquitecto, autor de una teoría arquitectónica fundamental muy parecida a la teoría análoga de Vitruvio. Al igual que Vitruvio, Alberti incluyó en su gran obra no sólo la teoría de la arquitectura, sino también conocimientos sobre matemática, óptica, mecánica...

El nombre de la obra de Alberti "Diez libros sobre arquitectura" coincide con el de la obra análoga de Vitruvio. Obviamente hoy en día se cree que Vitruvio fue para Alberti un modelo a imitar durante la composición de su propio tratado. Toda la obra de Alberti refleja "tonos antiguos".

Los especialistas hace tiempo compusieron unas tablas en las que se exponen paralelamente los fragmentos de las obras de Alberti y Vitruvio y en ocasiones coinciden palabra por palabra. Y así es como comentan este hecho los historiadores:

"Todos estos numerosos paralelismos nos descubren aquella atmósfera helénico-romana en la que se formaban sus propios pensamientos".


Bueno, así se puede explicar cualquier cosa...

Así pues, el libro de Vitruvio encaja de una manera absolutamente natural en la atmósfera e ideología medieval del siglo XV. Al mismo tiempo, la inmensa mayoría de las construcciones realizadas por Alberti tienen un estilo antiguo. Erigió un palacio a imagen y semejanza de un anfiteatro romano. Resulta que el principal arquitecto del Medievo llena las ciudades de Italia con construcciones de aspecto antiguo. Ahora se consideran "imitaciones del estilo antiguo". Alberti escribe libros "al estilo antiguo" sin sospechar que en un futuro serán calificados de "imitaciones del estilo antiguo". Y sólo después de todo esto, en 1497, sería descubierto el libro del "antiguo arquitecto Vitruvio", que en ocasiones coincide palabra por palabra con el libro análogo de Alberti.

Da la sensación de que los arquitectos de los siglos XIV-XV no consideraban en absoluto su actividad como una "imitación de la Antigüedad". Simplemente creaban dicha Antigüedad. La teoría de la "imitación" aparecería mucho después, en las obras de los historiadores scaligerianos, obligados a explicar los numerosas correspondencias entre el Medievo y la Antigüedad.

Una situación análoga se observa también en la literatura científica. Aquí cabe mencionar la historia de cómo los científicos europeos conocieron las obras de Euclides, Arquímedes y Apolonio, puesto que, como hemos visto en los ejemplos anteriores, fue precisamente a partir de la Baja Edad Media cuando "renacieron" prácticamente todos los "avances científicos de la Antigüedad".

El matemático e historiador de la ciencia Mark Yákovlevich Vygodski escribía:

"No ha llegado hasta nosotros ni un solo manuscrito antiguo de los "Elementos" de Euclides. El manuscrito más antiguo que conocemos es una copia hecha en el año 888. Existen muchos manuscritos relativos a los siglos X-XIII".


He aquí una página de una edición de la "Geometría" de Euclides, supuestamente del año 1457.

El dibujo es una "vista panorámica de Roma". Es interesante que en el libro del "antiguo" Euclides haya un dibujo de la Roma medieval. Ah, ya. De nuevo el famoso anacronismo medieval, producto de las ignorantes mentes de la época.

Pero, ¿y si el tal Euclides fuese un autor medieval? ¿Y si lo fuesen también Cicerón, Vitruvio, Pitágoras,

Ptolomeo, Aristóteles, Prisciano...?

De Claudio Ptolomeo y su Almagesto hablaremos en otra ocasión. Es un tema amplio y complejo. Su datación astronómica desmiente la edad que se le atribuye hoy en día.

Sigamos. La historiadora de la matemática Isabela Grigórievna Bashmakova nos comunica que antes de la publicación de la primera traducción al latín de la "Aritmética" del antiguo Diofanto, los eruditos europeos utilizaron los métodos algebraicos de Diofanto sin haber conocido sus obras. Pero la señora Grigórievna sólo se limita a calificar esta situación como "un poco paradójica". La primera edición de la "Aritmética" data de 1575.

¿Y si el Almagesto de Ptolomeo lo continuó enseguida Copérnico? ¿Y si a Diofanto lo continuó de una manera igual de rápida Pierre de Fermat?

La historia de los manuscritos y las ediciones impresas del "antiguo" Arquímedes también sigue el mismo esquema. El mecánico, matemático e historiador de la ciencia soviético Iván Nikoláyevich Veselovski – traductor al ruso, por cierto, del Almagesto de Ptolomeo – nos comunica que para todas las ediciones contemporáneas de Arquímedes sirvió de base un manuscrito perdido del siglo XV y el palimpsesto de Constantinopla, hallado a principios del siglo XX.

Se cree que los manuscritos de Arquímedes acabaron en Europa por primera vez en 1204. La primera traducción se hizo supuestamente en 1269. La primera edición impresa apareció supuestamente en 1503. La primera edición griega, en 1544. Y sólo después de esto las obras de Arquímedes entran en circulación en el mundo científico. Sin embargo, el texto completo fue hallado únicamente en 1884. 

He aquí una representación de Arquímedes de su libro "Opera", supuestamente del siglo XV.

Tenemos ante nosotros la típica imagen de un erudito medieval. Y cómo no, los comentadores no podían no aportar su típico granito de arena:

"La sala de trabajo se representa al estilo del Renacimiento".

El libro "Sobre las secciones cónicas" de Apolonio fue publicado en 1537. Johannes Kepler, el primer hombre en descubrir el valor de las secciones cónicas (los elipses) en la astronomía, no vivió lo suficiente como para ver salir a la luz la edición completa de los escritos de Apolonio. Los tres libros siguientes fueron publicados por primera vez traducidos al latín en 1631.

Así pues, la obra del "antiguo" Apolonio salió completamente a la luz sólo después de que en la época de Kepler (siglos XVI-XVII) hubiera sido descubierto el valor de aquellos objetos a cuyas descripciones está dedicada dicha obra "antigua".

Es decir, por si no ha quedado claro: la obra de Apolonio sobre secciones cónicas salió a la luz después de los descubrimientos de Kepler sobre el tema.

¿Podrían ser las obras del "antiguo" Apolonio simplemente escritos editados del Copérnico? Resulta que Copérnico era polaco, es decir, [enfatizar con la voz] de Polonia. De hecho el nombre de Apolonio podría ser simplemente una variable de Polonio (sí, como el elemento químico), es decir, un sobrenombre que signifca sencillamente "polaco". De hecho Copérnico vivió entre los años 1473 y 1543, es decir, fue el predecesor inmediato de Kepler. 

Pero ya tendremos tiempo de hablar más adelante de Copérnico, Tycho Brahe y Kepler. El tema de la astronomía es muy interesante. Es más, es crucial para la cronología y, por tanto, para la historia.


BIBLIOGRAFÍA

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  • Vygodski, M. (1948) "Investigaciones histórico-matemáticas", Publicación 1ª, Moscú-Leningrado.


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